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El Jazz es la única música en la que la misma nota puede ser tocada noche tras noche, pero cada vez de manera diferente.Ornette Coleman

domingo, 24 de febrero de 2019

Cuento “La ley del Amor Áurico”




La ley del Amor Aurico.

          Azucena en un instante cruzo la sala y aún tuvo tiempo de arreglarse el pelo y poner su mejor sonrisa para recibir con ella a Rodrigo. Sonrisa que Rodrigo nunca vio, pues en cuanto puso sus ojos en los suyos se dio inicio al más maravilloso de los encuentros: el de dos almas gemelas, en el que las cuestiones del cuerpo físico pasan a ocupar un nivel inferior. El  calor de los ojos de los enamorados derrite la barrera que la carne impone y los deja pasar de lleno a la contemplación del alma, alma que al ser idéntica reconoce la energía del compañero como propia. El reconocimiento empieza en los centros receptores del cuerpo humano: los chakras. Existen siete chakras, a cada uno le corresponde un sonido en la escala musical y un color del arcoíris, cuando son activados por la energía del alma gemela, vibran a todo su potencial y producen un sonido. Obviamente en el caso de las almas gemelas cada chakra resuena y es al mismo tiempo el resonador del chakra de su compañero. Estos dos sonidos idénticos, armonizados, generan una sutil energía que circula por la espina dorsal, sube hasta el centro del cerebro,  y de ahí es lanzada hacia arriba, desde donde inmediatamente después cae convertida en una cortina de color que baña el aura de arriba abajo.

         Durante el apareamiento de almas, Azucena y Rodrigo repitieron este mecanismo con cada uno de sus chakras, hasta que el llegó el momento en que su campo áurico formaba un arcoiris completo y sus chakras entonaban una melodía maravillosa, parecida a la que emiten los planetas del sistema solar en su trayectoria. Existe una diferencia abismal entre los apareamientos de cuerpos de almas diferentes y los de cuerpos de almas gemelas. En el primer caso hay una urgencia por la posesión física, y por más intensa que llegue a ser la relación siempre va a estar condicionada por la materia. Nunca se lograra la comunión de almas por más afinidad que haya entre ellas. A lo más que puede llegar es a obtener un enorme placer físico, pero no pasa de ahí.

martes, 5 de febrero de 2019

Hablemos de: "La Tregua" de Mario Benedetti




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Portada de La Tregua.
La tregua es el diario personal de Martín Santomé, viudo de casi cincuenta años que incluso se diría que es una persona en apariencia gris y hasta cierto punto mediocre. 
La historia comienza el 11 de febrero cuando Martín Santomé escribe en su diario que sólo quedan seis meses y veintiocho días para la cada vez más pronta jubilación. Esta historia se presenta como una vida de rutina, de encuentros, de reflexiones, y fantasea, con la hora de que llegue el tiempo del ocio, de vivir sin la preocupación del trabajo, lo que implica también su temor a la vejez. Su vida diaria se da como una rutina tolerable como la de cualquier otro burócrata, entre el día a día en el trabajo y su mala relación con sus tres hijos, si bien el recuerdo de su difunta esposa lo hace un poco más “tolerable”. Martín Santomé se vuelve protagonista y narrador de su vida, que pareciera contemplar como una tercera persona, soñando con el cambio en su vida que impondrá la jubilación, aunque con cierto temor preguntando se qué hará con su tiempo de ocio, cómo enfrentarse a su pasado y a lo que quiso llegar a ser, cómo reconducir la relación con sus hijos. Esto se diluye, parcialmente cuando en sus propias palabras “Dios le concederá una tregua”, con la entrada de escena de Avellaneda, una joven que llega a la empresa, se presentan situaciones en que se va haciendo más y más constante en su mente la presencia de Avellaneda hasta que acepta el hecho de que algo hay en ella que le causa algo más que solo atracción curiosa. y poco a poco, comienza a sentir el amor, un amor que es correspondido y recíproco y que no solo les une cada vez más, sino que tiene efectos en él, en la manera en la que comienza a observar el pasado. Entiende aún mejor la relación que mantuvo con su difunta mujer y las piezas que compusieron su historia. Toda la historia gira en torno al valor de los recuerdos, el paso del tiempo, la inseguridad y sobre todo la felicidad. Ambos comienzan una historia de amor, en el sentido hondo de la palabra, en la que se ven y parecen felices hasta que la “tregua” a la que se refiere termina dando un vuelco total a la historia y volviendo a Martín a su oscura realidad.