En eñ año de 1996, Alessandro Baricco presentaba la edición italiana de Seda con estas palabras: Ésta no es una novela. Ni siquiera es un cuento. Ésta es una historia. Empieza con un hombre que atraviesa el mundo, y acaba con un lago que permanece inmóvil, en una jornada de viento. El hombre se llama Hervé Joncour. El lago, no se sabe.
El libro ha conocido un gran éxito editorial y ha sido traducido a varios idiomas. Ubicado en el siglo XIX, narra la historia de un comerciante francés llamado Hervé Joncour que se dedicaba a la industria textil, en particular de la seda como muchos otros habitantes de su pueblo, Lavilledieu, el pueblo donde vivía con su esposa Hélène, a quen le asegura su amor eterno, ella, demostrará hasta el final de sus días que su amor es mucho más fuerte. Joncour se vio en la necesidad de viajar hasta el lejano Japón en especifico a la aldea de Hara Kei, para conseguir millares huevos sanos que hicieran posible rescatar su negocio y otras hilanderías de Lavilledieu. Para ello debe hacer un extensísimo y pesado viaje que concluirá en tierras extrañas y peligrosas. Cuando hace su primer desplazamiento descubre que Hara Kei, su proveedor de gusanos de seda, tiene con él a una preciosa joven cuya característica más extraña para Hervé es que no posee los ojos rasgados como el resto de los pobladores de aquel lugar, sin embargo, ella no conoce su idioma y no pueden intercambiar ni una palabra, solo miradas y otros gestos. A partir de ese momento todo cambiará a su alrededor, la relación con su mujer, su inquietud por volver al Japón, pero él sabe que ese es un amor imposible.
Son en total cuatro viajes en un transcurso de tres años los que realiza Hervé Joncour a Japón. en una de estas visitas la mujer misteriosa le dió un papel escrito en japonés. Una vez que llega a Francia se volvió loco hasta que encontró una madamme japonesa que le ayudó a traducirla y descubrió que en la nota ella le pedía que volviese y le confesaba su amor.
En su cuarta y última visita que tuvo lugar cuando en Japón estalló una guerra civil, siendo la razón principal de esta disputa el estrecho trato que algunos japoneses habían empezado a tener con los extranjeros, lo que les había acarreado la aparición de nuevas enfermedades, el esconderse y viajar por caminos recónditos lo que hizo que se retrasase aún más. Por fin tras millones de suplicios encontró la aldea cuyo jefe era el comerciante de huevos y este se mostró molesto con su visita pues sabía que el verdadero objeto de esta era ver a su esposa, a la que solo vió de soslayo en la distancia. En esta ocasión Hervé no consiguió los huevos de este comerciante pero obtuvo algunos de otro comerciante japonés que sin embargo, llegaron podridos o abiertos por los sucesivos retrasos. Ante esta situación Hervé empleó a todo el pueblo en la construcción de unos jardines particulares, para evitar su ruina y entonces recibió una carta escrita en japonés. Rápidamente volvió a ver a la madamme y la carta se reveló como una declaración de pasión un poco extraña, en la que al final la japonesa le pedía que la olvidara. Más tarde se enteró de que su mujer había sido la autora de la carta y la madamme se la había transcrito en japonés pues era una artimaña para que olvidase a aquella chica.
>>De vez en cuando, en los dias de viento, Hervé Joncour bajaba hasta el lago y pasaba horas mirándolo, puesto que, dibijado en el agua, ñe árecio ver el inexplicable epactáculo, leve, que había sido su vida<<
Esta frase se cita varias veces a lo largo de la trama del libro, pero en donde tiene más significado es en la pagina 124, un poco despues de la muerte de Heléne. Tras morir ella, Hervé se dio cuenta que su vida no habia sido su vida, siempre muy monótona hasta que descubre a la acompañante de Hara Kei, en una etapa llena de acontecimientos y emociones, pero llegado un momento todos esos acontecimientos dejan de suceder de golpe y regresa a la monotonia. Hervé bajaba al lago a reflexionar sobre lo que habia sido su vida, pero lo únicoque encuentra el el misterio de la existencia, ya que no logra explicarse lo que habia sido de su vida.
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