Luego de una primera lectura, Axolot nos recuerda dos cuentos El viento
distante de José Emilio Pacheco y Migala de Juan José Arreola, en ambos,
el protagonista a través de la mirada entra en contacto con otro ser:
un ajolote, una tortuga y una araña respectivamente y es a través de la
mirada como se establece un juego de poder. Cortázar nos deleita con una
historia que aborda a través de una narración referenciada a dos
tiempos, uno relativo al pasado y otro al presente, tiempos que
fácilmente pueden identificarse desde primer fragmento: “Hubo un tiempo
en que yo pensaba mucho en los axolotl. Iba a verlos al acuario del
Jardín des Plantes y me quedaba horas mirándolos, observando su
inmovilidad, sus oscuros movimientos. Ahora soy un axolotl”
Remitiéndonos a los párrafos, tenemos qué en el primero, arriba
expuesto, maneja los dos tiempos (pasado y presente), en el segundo y
tercero el tiempo pasado, en el cuarto y más largo, los dos tiempos, el
pasado en el quinto, los dos tiempos en el sexto, el pasado en el
séptimo al igual que en el octavo y los dos tiempos en los últimos dos
párrafos, haciéndonos pensar en una posible “métrica” en el manejo de
éstos. Además, destaca la manera cómo esta vinculación de los dos
tiempos va contándonos una historia paralela, la del hombre que esta
obsesionado por los ajolotes y la de cómo el axolotl se va dando cuenta
de la forma en que se transformó en axolotl. En este sentido, el autor
logra que comprendamos ambas historias a través del manejo de los verbos
en pasado y en presente, usualmente insertando frases cortas entre las
largas, veamos: “Los axolotl se amontonaban en el mezquino y angosto
(sólo yo puedo saber cuán angosto y mezquino) piso de piedra y musgo del
acuario.” O en este otro: “A veces una pata se movía apenas, yo veía
los diminutos dedos posándose con suavidad en el musgo. Es que no nos
gusta movernos mucho y el acuario es tan mezquino…” De hecho, la parte
del hombre esta en pasado y la parte del axolotl en presente. Por otra
parte, tenemos que el primer párrafo corresponde a una analépsis porque
el narrador hace referencia a información del pasado en relación al
punto en que se encuentra la historia. En el cuarto párrafo se encuentra
una pausa descriptiva, de hecho, el autor emplea casi 18 líneas para
describir a un axolotl dónde hace hincapié en los ojos “Un delgadísimo
halo negro rodeaba el ojo y los inscribía en la carne rosa, en la piedra
rosa de la cabeza vagamente triangular, pero con lados curvos e
irregulares que le daban una total semejanza con una estatuilla corroída
por el tiempo”. En el penúltimo párrafo, hayamos un ejemplo de relato
repetitivo, es decir, que cuenta N veces lo que sucedió una vez: “Ví mi
cara contra el vidrio, en vez del axolotl vi mi cara contra el vidrio,
la vi fuera del acuario, la ví del otro lado del vidrio. Entonces mi
cara se apartó y yo comprendí” Importante es mencionar que tenemos dos
teorías a partir de la lectura, por tratarse de un cuento fantástico es
posible que el hombre que caminaba por el bulevar de Port Royal y otras
calles, dejándose dominar por la mirada de un axolotl se hubiera
convertido en éste, recordemos dos frases al respecto: “Los ojos de los
axolotl me decían de la presencia de una vida diferente, de otro manera
de mirar” y “ Empecé viendo en los axolotl una metamorfosis que no
conseguía anular una misteriosa humanidad”. En la segunda teoría, podemos pensar que el axolotl, luego de ver muchas veces el rostro del
humano, pensara que hubiera sido éste en algún otro momento de su vida,
es decir, un axolotl que se cree humano. Algunos elementos que llamaron
nuestra atención es el hecho de que el axolt sea una larva que
signifique máscara, pero pese a que en diferentes ocasiones menciona el
autor que son inexpresivos, también insiste mucho en hablar de sus ojos
que soportan el dolor y la soledad de vivir dentro de un acuario. Nos
preguntamos sino a veces las personas nos comportamos como un axolt
cuando nos ponemos una máscara y ocultamos a los demás lo que realmente
somos, si nos aislamos y sólo a través de los ojos, ventanas de nuestro
interior, nos atrevemos a expresar lo que sentimos…al final dice el
ajolote “Y en esta soledad final, a la que él ya no vuelve, me consuela
pensar que acaso va a escribir sobre nosotros, creyendo imaginar un
cuento va a escribir todo esto sobre los axotl”, es decir el humano ya
se liberó del axotl, pero éste ¿se liberará algún día del humano?
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